Uno de los momentos más representativos del cristianismo que relata el Nuevo Testamento, es la afirmación de Jesús de Nazaret ante la próxima traición de uno de sus doce seguidores ahí presentes, y por tal motivo, ésta sería la última vez que se reúnen a compartir una comida con su maestro.
Este instante altamente dramático que Leonardo da Vinci escoge para llenar de historia un muro del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, muestra el dolor de Jesús, la consternación de sus apóstoles y el asombro de aquél traidor. Es una obra que ha sido admirada y analizada a través de más de 500 años, y hoy en día aún existen investigaciones activas en busca de descifrar por completo sus secretos ocultos.
El artista y fotógrafo, amigo de celebridades David LaChapelle, hizo su propia representación de “The Last Supper” en su serie Jesus is my homeboy (2003). En esta excéntrica fotografía cuidadosamente armada, LaChapelle nos intenta transmitir que las personas con quienes Jesús se rodeaba (sus doce apóstoles) no eran personas de familias acomodadas, populares o con relaciones poderosas. Nos hace traspasar la barrera del tiempo y traer a ese Jesús de Nazaret a la modernidad, mostrándonos con quién tendría su última cena si viviera aquí y ahora, representado con jóvenes de barrios bajos o pandilleros y a María Magdalena con una prostituta.
¡Qué distintos tiempos y qué curiosas similitudes!
RS